Aquella mañana, al despertar del aquel profundo sueño, se levanto, algo cohibida y pensativa, algo de lo que recordaba era que la habían intervenido en la mitad de su caminata diaria, hacia la plaza "Los Girasoles", mas no podía recordar si lo que había sentido las ultimas horas era cierto, quizás solo lo imaginó, no sabia que le había pasado, solo recordaba a aquel hombre de ojos bellos,algo tímido pero con esa frialdad que lo distinguía,y que se acercaba con un pañuelo empapado, en algo... después de aquel suceso había perdido la noción del tiempo y solo sabia que se haya a las afuera de su ciudad, al revisar sus bolsillos descubrió que no le faltaba nada y se encontraba en una banca que se le hacia bastante familiar al mirar hacia sus lados, reconoció a aquel hombre quien eres, le pregunto con voz inquisidora, soy Antony, respondió el con su peculiar voz . - ¿por qué me has traído hasta aquí?- Donde estoy?- Calma dijo el, no te haré daño, no tengas miedo, ves aquella ventana?- si, pero que tiene que ver todo esto!?. nada, solo creí que solo yo la veía. pues bien, vamos, en el camino te lo explicare todo. Algo titubeante, Sara se puso en pie y empezó a caminar, no sabía hacia donde se dirigían, mas algo en sus bellos ojos le dio la confianza suficiente como para caminar un largo rato con el, no te preocupes intervino él estarás bien conmigo, prometo que nada te ocurrirá, ahora si, me presento, me llamo Antony, te he visto las ultimas semanas en el parque, y he notado lo mucho que te gustan los girasoles. Pero porque me trajiste hasta aquí, volvió a interrogar ella. Ahh lo había olvidado, lamento haberte manipulado de esa forma, mas no tenia como traerte hasta aquí si no era por la fuerza, y si no recuerdas nada, bueno eso es algo que provoca el éter, descuida los efectos ya pasaran.
Hacia donde nos dirigimos?- dijo Sara
-nos dirigimos a la estación de trenes, iremos a Londres iremos a ver los girasoles
- En serio!, nunca había salido antes de la ciudad- acoto Sara con euforia
- Pero aun no respondes mi pregunta, porqué me has traído hasta aquí
- Calma, con el tiempo lo entenderás, sólo confía en mi
Como podría confiar en un desconocido pensó ella, sin embargo la sola idea de ir a ver aquella pintura con la que anhelaba le hizo cambiar de parecer, y así sin preguntar mas nada siguió caminando a su lado hasta llegar a la estación, mientras ella compraba algo que comer, puesto que el viaje que se venia era largo, y ninguno de los dos contaba con el dinero suficiente para un pasaje que incluyera el servicio de comedor , Antony esperaba, que la dama de enfrente pagara sus boletos para así comprar los del él y Sara eran ya las 12.30 y los inspectores ya comenzaban a tocar los silbatos que indicaban que era hora de partir.
- Tú conoces Londres, pregunto Sara
- No, esta es la primera vez que iré respondió Antony
- Y porque quieres ir? o más bien por qué quieres llevarme?
- Yo igual adoro los girasoles, desde pequeño voy a la misma plaza que tu
- y cuando te vi, ...
- que paso!?- pregunto curiosa
- nada, solo olvida lo que he dicho..., espero poder quedarnos unos días en Londres te parece?
- no es mala la idea, pero no sé si el dinero me alcanza, solo traigo 20 libras, y dudo que mi tarjeta de crédito, tenga dinero
- no te preocupes por eso, a mi me alcanza para ambos.
- aprovecha de dormir el viaje es largo, le dijo ella
- no te preocupes, ahora solo tengo un poco de hambre, pero descuida ya se pasara
-Oh que distraída soy, quieres comer unas galletas?, las compre en la estación
- Esta bien, gracias. Tu eres Sara... cierto?
- Sí, Sara O'connor y tu?
- Antony Graham
Ya había pasado algo más de media hora y Sara yacía plácidamente durmiendo sobre el regazo de Antony, y el apoyado sobre su brazo, durmiendo junto a la ventana.
"Pronto mamá estamos por llegar a Londres"- se oyó a lo lejos. Antony al despertar de golpe, miró su reloj y pensó - nada más treinta minutos y llegaremos-
- Sara, Sara- dijo - Es hora de despertar dentro de poco llegaremos a Londres
- Qué hora es?- pregunto ella
- Son casi las 5 de la tarde
Me levantare, pensó Sara, mas antes de que pudiese incorporarse Antony dijo: - Estas cómoda? si quieres quedate ahí gracias contestó ella con su cálida voz
Y así durante el trayecto restante Sara y él conversaron acerca de sus vidas en la ciudad. Antony era un renombrado psicólogo y ella una maestra de secundaria, de historia específicamente. Esa semana se terminaba su contrato con la escuela en la que enseñaba, y éste no había sido renovado, por lo cual dentro de poco tendría que volver a mirar en los periódicos cada semana por si encontraba algún empleo que se acomodara a ella, ella solía dirigirse todas las mañanas a leer o sólo a estar meditando en aquella plaza, pero jamas había visto a Antony, ya que solía estar dentro de su mundillo resolviendo uno que otro problema, en cambio él solía esperarla cada mañana después del desayunos, sólo para admirar su largo cabello negro y sus bellos ojos azules, heredados obviamente de su padre, quien yacía enterrado al sur de Irlanda.
Se comenzaba ya a sentir que la locomotora aminoraba la marcha, y al ver por la ventana se divisaba Londres. Sara se levantó y recogió su bufanda roja, que había tejido meses atrás. era un frio de Marzo y se presentía venir una gran tormenta, así es que ambos pensaron que seria mas conveniente hospedarse en un hotel esa noche para salir al día siguiente a pasear y poder ir al museo.
- Vamos mamá, se volvió a oír de aquel pequeño que minutos antes ya apresuraba a su madre, para bajarse pronto del tren.
Se había detenido ya el tren y Antony recogió sus pertenencias del compartimiento de arriba del asiento y ambos bajaron cautelosamente del tren, taxi, taxi? preguntaban todos los conductores que peleaban casi por recoger a algún pasajero y llevarlo a destino, si por favor, contesto Antony llevenos al Hotel "los jardines de Londres", como ordene respondió con voz grave y cortante el chofer.
Ni una palabra se emitió desde el trayecto de la estación al hotel. son 20 libras señor dijo el chofer, ahora solo debe seguir por aquel callejón la segunda puerta a su izquierda. - Aquí tiene gracias,- dijo antony- que tenga muy buenas tardes- respondió Sara y el al unísono. - Gracias, a uds. también....
CONTINUARA... cuando se me ocurra que inventar!